sábado, 19 de marzo de 2011

La historia de Marruecos

Pudiéramos decir que la referencia más antigua que tenemos de los pobladores de Marruecos se remonta a la prehistoria. En Temara aparecieron restos del hombre de Neardenthal, el llamado "Hombre de Rabat", pero nos saltaremos unos miles de años de historia para no alargar demasiado este capítulo.
A partir del siglo XII antes de Cristo, los fenicios asentaron sus campamentos a lo largo de la costa. Se han encontrado restos púnicos en Tamuda (Tetuán), Tingis (Tánger), Lixus (Larache), Thymiaterion (cerca de Kenitra), Sala (Rabat) y Karikon Telichos (Essauira). Aunque es más probable que fueran enclaves comerciales, que asentamientos. No sabemos prácticamente nada de las gentes que vivieron en Marruecos hasta la caída de Cartago en el año 140 a.C.
Los romanos, dominaron la zona durante más de cuatro siglos, hasta el año 429 d.C., consideraban a los bereberes como una raza ingobernable, que causaba problemas constantes a las legiones, cuando fundaban enclaves permanentes. Entre estas avanzadas del imperio romano, figuran Tingi (Tetuán), Zilis (Asilah), Lixus, Valentia Banasa, Sala Colonia y Volubilis. De esta última se conservan los restos más impresionantes, 30 kilómetros al norte de Meknes, probablemente fuese Volubilis la capital de la provincia romana de Mauritania Tingitana, que comprendía todo el norte de Marruecos. En el siglo tercero comenzó la evangelización cristiana de las provincias romanas de África. Al parecer muchos bereberes adoptaron la nueva religión, pues hubo numerosos obispados.
La invasión vándala del año 429 eliminó todos los restos de civilización católica romana. Se cree que la furia destructora de los vándalos fue tal que los bereberes norteafricanos se vieron obligados a hacerse nómadas, ayudados por el camello, animal que fue introducido en el país aproximadamente en el siglo III. El emperador Justiniano restauró el catolicismo en el norte de África, después de que Belisario derrotase a los vándalos en el año 533. Pero Marruecos entró en un período de oscuridad durante todo el siglo siguiente. Más tarde, en las lejanas tierras del este, surgiría una nueva llama de fervor religioso, que llegó a extenderse como un incendio por toda la costa mediterránea, llevando el Islam a Marruecos.
El primer "misionero-militar" encargado de traer la fé musulmana a Marruecos fué Sidi Okba Ben Nafi. Los cronistas afirman que en el valle de Sus, cerca de Tarudant, derrotó a un ejército bereber tan grande que "solo Alá podía contarlo". 30 años más tarde, otro conquistador árabe, Musa Ben Noseir, con el caudillo bereber Tarik Ben Ziad al mando de sus ejércitos, llegó a Marruecos para subyugar al las tribus marroquíes entre Tánger y los oasis de Tafilete. Este último, con un ejército de bereberes, dirigió la invasión musulmana de España y derrotó a los visigodos en el año 711, para iniciar siete siglos de radiante civilización, en una época en la que el resto de Europa vivía en la Edad Media.

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